lunes, 6 de septiembre de 2010

Jesús Torrealba - Opinión

Carta abierta a Franklin Brito

Jesús Torrealba
Radar de los Barrios / ND

Este domingo 5 de septiembre Franklin Brito debería estar cumpliendo cincuenta años de vida, y no seis días de muerto...

Amigo, como tantas veces advertiste, te fuiste. Como un guerrero solitario, como un Quijote sin armadura, como un David ciudadano temporalmente arrasado por el prepotente Goliat gobiernero, te nos fuiste el lunes pasado.

Los canallas que creyeron que asaltando tus poquitas tierras allá en Guarataro podrían hacerte “escarmentar”, ahora no hayan que hacer: Aquel humilde profesor de biología y agricultor se les convirtió en pesadilla que durante casi una década los persiguió, los acusó, los denunció y los desnudó ante el país como lo que son: unos malandros que no quieren “tierras para trabajar”, sino que prefieren invadir tierras, fábricas, edificios o empresas ya trabajadas por otros, bien sea para depredarlas y destruirlas o para conservarlas y hacer creer a los menos informados que fueron ellos quienes las levantaron, poniendo encima del trabajo ajeno un aviso cínico que dice “Hecho en socialismo”.

Los que en Caracas pensaron que simplemente podrían ignorar tu reclamo, porque creyeron que ante su sordera tu te cansarías y optarías por abandonar la lucha, después no supieron que hacer porque tu, en vez de “cansarte”, hiciste una, dos, cinco, hasta ocho huelgas de hambre. Y fueron huelgas de hambre de verdad, como lo testimonió el peso que tenia tu cuerpo al partir: Apenas 35 kilogramos, exigua cantidad para tu estatura de dos metros menos diez centímetros. No contaron conque el peso de tu cuerpo es inversamente proporcional al peso de tu ejemplo: En este país en el que adictos al poder se empeñan en fabricar leyendas de fallido heroísmo, usando para ello dinero a montones y su capacidad inagotable para la mentira compulsiva, tu te convertiste en leyenda sin “encadenar” televisoras, sin amenazar a nadie, sin carajear a nadie, lo hiciste simplemente diciendo lo que pensabas y haciendo lo que decías.

Los que pensaron que ofreciéndote dinero te podrían “ablandar”, o que privándote de tu libertad te podrían acallar, o que declarándote “loco” te podrían desprestigiar, ahora no saben que hacer cuando por casualidad se ven en un espejo. Sus amigos, los que les quedan, cruzan la calle cuando los ven venir por la misma acera. Sus familiares evitan coincidir con ellos en cumpleaños y bautizos. Saben que morirán de viejos (o de viejas) oyendo el mismo sonsonete, la misma imprecación, el reproche eterno: “Ese fue quien hizo tal cosa”…. “Ese otro fue el cómplice de aquella barbaridad”…. “Esa fue la que lo dejó morir aunque su deber era proteger sus derechos”…. “Aquella fue la que guardó silencio cuando debió defenderlo”…. Ahora, cuando ya es demasiado tarde, intentan guardar alguna apariencia: “Yo tengo la conciencia tranquila”, dijo por allí alguna funcionaria, lamentable en su patetismo. Olvidó que para “tener la conciencia tranquila”, primero hay que tener conciencia.

Pero los canallas no están en un solo lado. Mas democrática que el dinero o el poder, la desverguenza esta equitativamente repartida. “Líderes” de partidos de oposición que jamás tuvieron tiempo ni interés para solidarizarse con tu lucha cuando estabas vivo, se volvieron súbitamente “sensibles” con tu muerte. Al menos, lo suficiente para engolar la voz y fingir un pésame ante cámaras o grabadores. La canalla gobiernera dice que tu lucha y hasta tu muerte es “una estrategia de la oposición”, cuando la realidad es evidentemente distinta: Tu moriste, Franklin, agredido por el gobierno, es cierto. Pero también es verdad que moriste abandonado por una dirigencia opositora que siempre esta más pendiente de si misma que de la gente.

Exactamente como tu, Franklin, agredido por quienes son gobierno e ignorado por quienes quieren serlo, esta el pueblo venezolano. La gente esta dando peleas reales, concretas, y las esta dando en solitario. Hay positivas excepciones, por supuesto, más numerosas por cierto en la oposición que en el gobierno. Pero en la inmensa mayoría de los casos, las luchas de la gente por la sobrevivencia en este país sin ley están siendo desarrolladas por ciudadanos que, como tu, luchan porque no tienen mas remedio que hacerlo, porque fueron colocados contra la pared por la violencia, la corrupción y la ineptitud, ciudadanos que luchan sin el escudo de instituciones, estatales o partidistas, armados sólo de su valor y del conocimiento de unos derechos que los burócratas se empeñan en convertir en literatura de ficción, en abstracciones imposibles de ejercer.

En condiciones como estas, a la gente solo le queda una fortaleza: La de sus convicciones. Sólo un amparo: El de sus principios. Solo una reserva: La de sus valores. Y es precisamente en esa materia que el legado que tú nos dejas es inmenso e inapreciable, Franklin. En esta Venezuela nuestra, bella, rica y necesitada de amor y respeto, quienes hoy son gobierno son movidos por el afán de lucro y el ansia de poder, y quienes quieren serlo se mueven sólo por conveniencia y cálculo. En medio de ese tremedal, Franklin, tú te levantas, movido por principios y valores, actuando de acuerdo a convicciones y no a “conveniencias”, dispuesto a dar hasta la vida por lo que crees justo. Y la diste.

Hasta siempre, amigo. Agradezco a Dios haber tenido el privilegio de conocerte.

Sigue sabiendo que Ángela, Elena y el resto de los tuyos nunca estarán solos. Nosotros tampoco, porque estaremos contigo, con tu ejemplo.

Recibe un gran abrazo,

de Todos Nosotros!

http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=689959

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