lunes, 6 de septiembre de 2010

David Uzcátegui - Opinión

Patria, socialismo y la muerte de Franklin Brito

David Uzcátegui

2001 / ND

El indignante y doloroso caso del productor agropecuario Franklin Brito tuvo el trágico final que todos esperábamos. El sacrificio de la vida de este venezolano comprometido con su conciencia y su dignidad, es una alarma roja ante la situación venezolana.

Estamos ante una contundente prueba de la negativa del actual gobierno a dialogar y a entenderse. Con la expectativa y la buena fe del señor Brito se jugó hasta el cansancio. Fue despojo arbitrario de sus tierras. Y su lucha fue tan llena de justicia que, convencido, entregó la vida en ella.

Para mayor sarcasmo, estamos hablando de un ciudadano productivo. Profesionalmente preparado para trabajar la tierra y eso era lo que hacía en su propiedad, que por cierto muy lejos estaba de ser un latifundio. Ni poderoso, ni oligarca, ni pitiyanqui ni escuálido. Simplemente un trabajador de la tierra. Uno de ésos en nombre de quienes se hacen supuestas revoluciones.

Bien sabemos que este Gobierno ha hecho habitual el arrebatar tierras productivas a sus propietarios legítimos para volverlas estériles e improductivas. Hubo una inflexible venganza personal de por medio, detonada por un alcalde oficialista. Una venganza que se encontró con los principios indoblegables de este venezolano y que creció hasta conmover al país.

Con su vida, Franklin Brito demostró que este Gobierno está dispuesto a todo. Que no le importa la vida de nadie. Más de 19 mil homicidios lo prueban. Lo que importa es el poder. La falta de frenos morales del régimen no tiene nombre y eso lo prueba el hecho de que ahora se investiguen a familiares del fallecido por “inducción al suicidio”.

Simplemente había recurrido a la forma de protesta no violenta más extrema que tiene ser humano alguno: la huelga de hambre. Esa misma que es aplaudida y celebrada por el primer funcionario de la Republica cuando la lleva a cabo un compinche suyo, como Evo Morales.

Y el Gobierno venezolano no es responsable solamente por haber atropellado su derecho a la propiedad privada, el mismo que juraron respetar. También son responsables por la terca sordera ante los reclamos legítimos de ese compatriota; pero sobre todo, por el secuestro del cual fue objeto al ser llevado contra su voluntad al Hospital Militar. Una instalación de salud del Gobierno, cuando su protesta era justamente contra el grosero poder gubernamental. Quizá nunca haya sido más cruel aquel refrán de “zamuro cuidando carne”. Lo vejaron, lo difamaron, lo desprestigiaron, lo insultaron, lo hicieron pasar por loco.

Todo desde el enorme e invulnerable aparato llamado poder.

Permítasenos cerrar con un lugar común: Franklin Brito somos todos. A cualquier venezolano se le puede arrebatar su propiedad y legitimar ese acto arbitrario mediante artilugios legales. A cualquiera de nosotros se nos pueden lanzar en el rostro las puertas de los organismos que se supone existen para defendernos. Y cualquiera de nosotros puede, literalmente, morir protestando por la injusticia. No es otro el futuro que nos promete la revolución bonita. Ciertamente, con Franklin Brito cumplieron su palabra: “patria, socialismo o muerte”.

David Uzcátegui es Presidente del Concejo Municipal de Baruta
Twitter: DavidUzcategui

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